La exposición que presenta el Museo del Prado, “Murillo y Justino de Neve. El arte de la amistad”,es un conjunto de obras tardías de Murillo, todas ellas fruto de la relación de amistad que unió al artista con el canónigo de la catedral de Sevilla, Justino de Neve Una muestra que contribuye al proceso de investigación de la vida y obra de Murillo, que en los últimos tiempos se ha centrado en sus mecenas, la evolución de su técnica, la definición de su catálogo y el coleccionismo de sus pinturas
Las 17 pinturas, de distinta procedencia y algunas restauradas para la muestra madrileña, son de distintos géneros: una miniatura, retratos, alegorías, cuadros devocionales y pinturas religiosas
La relación de amistad que unía a ambos, fue muy dinámica, ya que se generaron un gran número de pinturas, y que son un testigo de excepción de algunos de los proyectos artísticos más importantes realizados en la ciudad andaluza en ese periodo, y que sumerge al especttador en el espíritu del Barroco Sevillano, una fusión de arte, cultura y religión
Las obras fueron encargos, algunas para la colección particular de de Neve, otras para la iglesia de Santa María la Blanca, la Catedral y el Hospital de los Venerables, presentando al religioso como uno de los más grandes mecenas de su tiempo. Entre otras obras que se exponen destacan: los lunetos de la Fundación de Santa María la Mayor; la Inmaculada de los Venerables, del Museo del Prado; las alegorías de “La Primavera” y de “El Verano”, de la Dulwich Picture Gallery y de la National Gallery of Scotland,respectivamente; y las pinturas religiosa sobre obsidiana del Houston Museum of Fine Arts y del Museo del Louvre
Hasta el 30 de septiembre