La crisis ha provocado que el número de abandonos de mascotas haya aumentado. La mayoría de los centros se encuentran casi al 100 por cien de su capacidad.
Según datos recogidos de los 18 centros públicos y 10 protectoras privadas pertenecientes a la red de adopciones de la Comunidad de Madrid, el número de animales que encontraron un nuevo hogar en el primer semestre de 2013 ha crecido un 10,6 por ciento. Sin embargo, los abandonos se mantienen y apenas han descendido. En cifras, 3,971 animales abandonaron sus compartimentos en locales de acogida entre enero y julio. 2.743 eran perros; 1.228, gatos.
No obstante, las adopciones han descendido un 7 por ciento en Madrid capital, al igual que en otras localidades madrileñas, salvo algunas excepciones que el índice de adopciones ha permanecido estable.
La asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA) encontró nuevas familias a 1.000 mascotas el pasado año, donde las adopciones internacionales son su baza principal. En el extranjero, son más conscientes de esta problemática, aunque parece que en nuestro país las personas se están concienciando poco a poco, y la tendencia a adoptar es mayor que la compra directa de la mascota.
El Refugio, que no colabora con la Comunidad de Madrid y está financiada gracias a donantes o socios, realizaron 500 adopciones en 2012. Desde aquí hablan de una estabilización de los abandonos, pero no de un descenso. Además, hay que tener en cuenta que los animales contabilizados son solo aquellos que llegan a protectoras o asociaciones, sin tener en cuenta los animales que quedan en la calle.
Todos los centros consultados están saturados, y coinciden en el que el funcionamiento es el mismo: un animal sale, y entra otro. No dan abasto. El Recinto de Proa, en Leganés, no acoge más animales; no por no disponer de espacio, sino por falta de recursos. Prefieren acoger a un número reducido y tenerlos muy bien atendidos.
Las perreras municipales también están saturadas, pero en su caso no pueden negarse a acoger a ningún animal. Lo peor de esto, es que cuando están faltos de espacio, recurren a sacrificar al animal.
La Comunidad de Madrid sufrió un boom de abandonos entre 2009 y 2010, donde se contabilizaron 8.000 animales en la calle. Según al Fundación Affinity, el número real ascendía a 17.000. El Ejecutivo autonómico tomó medidas antes esta catastrófica situación mediante el II Plan de protección y bienestar animal 2008-2011, pero no se ha renovado, y con ellos, las ayudas a los centros de acogida han cesado.
Abandonar no es delito, pero la Ley 1/1990 de la Comunidad de Madrid sobre Protección de Animales Domésticos lo prohíbe y lo tipifica como infracción administrativa “muy grave”. Las sanciones pueden alcanzar los 15.025 euros.